Esperando y Esperando y Luego ...

unsplash-image-xTlciK-YPkg.jpg

Que ninguno de los que esperan en ti se avergüence; sean avergonzados los que sin causa se rebelan. - Salmo 25: 3

Para muchos de nosotros, esperar una hora puede ser demasiado. Para otros, treinta minutos es el límite. Al esperar en Dios, puede llevar años. Parece que Él no escucha tu oración y no está preocupado por tu situación. Mientras soportamos tribulaciones, podemos cometer el error de concentrarnos en las circunstancias. No reconocemos el hecho de que, por difícil que sea, Dios nos está dando la fuerza para perseverar. Aunque no nos está sacando como preferimos, nos está ayudando mientras estamos en eso.

Mientras espera, parece que otros, que no son tan justos, están saliendo adelante o escapando. Pero Dios tiene su propio tiempo que quizás nunca entendamos. Crecemos mientras esperamos. Aprendemos mientras esperamos. Nos volvemos más fuertes mientras esperamos. Dios se está moviendo de maneras que no vemos mientras esperamos. Luego, cuando está listo, nos hace saber que está allí. Él escucha, ve y se preocupa. La espera no ha sido en vano.

Aunque la lucha está lejos de terminar, nos regocijamos por el veredicto de culpabilidad de ayer (20/4/2021). Mientras las nubes espesas y oscuras continúan asomando, que este rayo de sol nos dé fuerzas para seguir luchando.