Parte de Mi Historia

Puedo hacer todas las cosas en Cristo que me fortalece. - Filipenses 4:13

Con el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo, muchas personas están tratando de encontrar formas de seguir adelante. Algunos pueden optar por regresar a la escuela. Espero animarte con parte de mi testimonio. Esta es una historia real y debe tomarse literalmente.

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Yo era un estudiante universitario con otras responsabilidades importantes. No podía dedicar todo mi tiempo a estudiar. Tenía que orar constantemente y depender de Dios para que me ayudara. Recuerdo un incidente particular que sucedió. Entré a clase una noche unos dos minutos antes. La mayoría de mis compañeros de clase ya estaban allí y parecían estar frenéticos y abarrotados. No entendí por qué. Me senté en mi lugar habitual y le pregunté a un amigo que estaba sentado a mi lado: "¿Qué está pasando?" Me dijo que se estaban preparando para la prueba. Parecía sorprendido de que no lo supiera. Honestamente, no recordaba que se anunciara ninguna prueba. No había sido un irresponsable ni un holgazán. Simplemente no lo recordaba. No hace falta decir que no estaba listo. Tenía un promedio alto en esta clase específica y no quería estropearlo. Estaba seguro de que lo haría si tomaba el examen esa noche. Le dije a mi amigo que no estaba listo. Me sugirió que dejara la clase porque nuestro instructor aún no había llegado. Le dije que solo diría una oración rápida y pediría ayuda a Dios, lo cual hice. Me miró como si estuviera loco y dijo: “Bueno, espero que tu conexión con Él sea mejor que la mía”. Pasaron unos minutos y nuestro instructor todavía no estaba allí. Eso era inusual, así que comencé a sentirme seguro de que Dios se estaba moviendo a mi favor. Finalmente, entró y pareció un poco avergonzada. Dijo que tenía una emergencia y que no podría quedarse en clase, por lo que tendríamos que hacer el examen en otro momento. Mi amigo inmediatamente me miró con ojos grandes como si hubiera realizado con éxito un truco de magia. Por supuesto, no fue magia. Fue mi fe en Dios.

Hubo otras ocasiones en las que Dios me sacó de un aprieto. A veces, era una situación financiera importante o algo pequeño como este caso. Él estuvo ahí para mí. Por lo tanto, si es mayor o tiene otras responsabilidades y desea o necesita comenzar una nueva carrera o volver a la escuela, sepa que Dios también lo ayudará.