Nuestro Salvador

En el día de mi angustia te invocaré, porque tú me responderás. - Salmo 86: 7

Una de las muchas cualidades que atrae a las personas a Dios es su confiabilidad y fidelidad cuando estamos en problemas. No importa cuál sea el problema, no importa el origen, siempre podemos acudir a Él en busca de ayuda. Esta es una verdad en la que podemos apoyarnos.

Personalmente, me esfuerzo por hacer lo que agrada a Dios. En mis esfuerzos, puedo cansarme de tratar de saber lo que Dios quiere que diga o haga. O mis planes para un día en particular pueden dominar mi atención. Estas circunstancias pueden evitar que le dé a Dios lo que Él requiere. Pero, con confianza, puedo apelar a Su misericordia. Él me corregirá y me recibirá de nuevo. Luego, hay momentos en que los problemas surgen desde el exterior. Los adversarios y la oposición parecen impedir mi progreso. Sin embargo, puedo confiar en que Dios me ayudará a vencer a cualquier enemigo.

Cualquiera que sea la situación, estoy en pacto con Dios. Él no me rechazará a mí ni a él. Él me librará de todas mis angustias. Lo bendeciré en todo momento (Salmo 34: 1).